P O E T A
Mansamente tú, como un aire caído
y desbordado; ya por las retamas
hecho humilde leño, blandiendo amas
la espada encontrada en ese tronco herido.
La savia se te ha parado. Un momento
la dicha: soplo, lágrima, llegada
de lo etéreo… expira. La pesada
máquina de hacer versos, sentimiento…
Canta el pájaro en su rama… Abrazado
oscuramente en tierra tiene el rostro
un poeta; de cierzo enamorado
una lanza va horadándole el pecho.
Nadie habla...En el silencio,una voz de cal
la soledad golpea desde su lecho.
Barbate (Cádiz) 1-2-1978.
José Luis Pacheco Diaz